Hoy en día las personas juzgamos sin conocer a los que nos rodean, incluso asta nos juzgamos a nosotros mismos; pero al realizar una evaluación constante nos permite la revisión, la reflexión y el mejoramiento permanente de cada individuo.
Todos estamos implicados en el proceso educativo formal; personal directivo, educadores, alumnos y padres; todos aprendemos de todos y que mejor que adquirir aprendizajes significativos y duraderos.
Para que se de una evaluación debe haber datos reales, basados en evidencias; esta a su vez nos sirve para emitir juicios acerca de avances y procesos que se traducen en una calificación.
Los docentes junto con la sociedad son los que se encargan de formar al individuo; adquiriendo conocimientos en base a actitudes y valores donde se construya la reflexión para el logro de un producto y no únicamente de resultados.
tambien, a la hora de evaluar no debemos catalogar al alumno; si no al contrario debemos apoyarlo, conocer sus fallas para juntos descubrir los procesos de razonamiento, sus dificultades y capacidades, ofreciendo retroalimentación buscando estrategias didácticas para subsanar las dificultades y potenciar sus capacidades.
Debemos enseñar a los alumnos a realizar una retroalimentación, que nos facilite prevenir un error, para alertarnos sobre dificultades no descubiertas o para corregir errores cometidos, para así obtener una reflexión y buenos resultados.
Es importante mencionar al alumno al inicio de ciclo escolar una rúbrica que le proporcione el conocimiento de los rasgos a evaluar en las diferentes tareas encomendadas por el docente.
Compañeros, lo expuesto aquí no es tarea fácil, requiere la unión de esfuerzos, voluntad de realización, conocimiento, inteligencia creadora y tiempo para profundizar y mejorar todos y cada uno de los aspectos. Pero sabemos que por los niños todo vale la pena y tenemos que aceptar el compromiso para intentarlo.
